Las primeras pirus fueron para Yolanda e Irene... pocos días después Irene vino a por más y... desde entonces no he soltado la aguja y el dedal. Embarqué en la empresa a mi hermana Patricia, amiga de la costura como yo y muy exigente consigo misma y muy pero que muy perfeccionista. Despues se sumó mi otra hermana, Virginia o "la Titi" como siempre la hemos llamado, con sus trabajos de cuero y por último mi hermano Edu, un oso perezoso con muchísimo talento y muy desaprovechado que va a aportar su granito de arena con el modelado.
